sábado, 28 de noviembre de 2009

Yo te juro...



Cuando estes triste. . .Secaré tus lagrimas
Cuando tengas miedo. . . calmaré tus miedos.

Cuando estes preocupado . . . te daré esperanza.

Cuando estes confundido. . .te ayudaré a encontrar tu camino.
Y cuando estas perdido.. . .y no puedas ver la luz, yo seré tu faro . . .Brillando radiante.
Este es mi juramento .. . . que sostengo hasta el final. Que mas podrías pedir. . .Si tu eres mi amigo.
Firma: Dios

domingo, 22 de noviembre de 2009

Aprendiendo a Amar...


Estoy aprendiendo... Estoy aprendiendo a aceptar a las personas, aun cuando ellas me decepcionan, cuando huyen del ideal que tengo para ellas, cuando me hieren con palabras ásperas o acciones impensadas. Es difícil aceptar las personas como ellas son, sin que sean como deseamos que ellas sean. Es difícil, muy difícil, pero estoy aprendiendo. Estoy aprendiendo a amar. Estoy aprendiendo a escuchar. Escuchar con los ojos y oídos. A escuchar con el alma y con todos los sentidos. Escuchar lo que dice el corazón, lo que dicen los hombros caídos, los ojos, las manos inquietas. Escuchar el mensaje que se esconde por entre las palabras vanas, superficiales. Descubrir la angustia disfrazada, La inseguridad mascarada, la soledad encubierta. Penetrar la sonrisa fingida,la alegría simulada, la vanagloria exagerada. Descubrir el dolor de cada corazón. Poco a poco, estoy aprendiendo a amar. Estoy aprendiendo a perdonar. Pues el amor perdona, quita los rencores, y cura las heridas que la incomprensión e insensibilidad lo lastimaron. El amor no alimenta resentimientos con pensamientos dolorosos. No cultiva ofensas con lástimas y autoconmiseración. El amor perdona, olvida, extingue todos los esquicios de dolor en el corazón. Poco a poco... Estoy aprendiendo a perdonar. Estoy aprendiendo a descubrir el valor que se encuentra dentro de cada vida, de todas las vidas. Valor soterrado por el rechazo, por la falta de comprensión. Cariño y aceptación, por las experiencias desagradables vividas a lo largo de los años. Estoy aprendiendo a ver,en las personas su alma, y las posibilidades que Dios les dio. Estoy aprendiendo, ¡Pero cómo es de lento el aprendizaje!, ¡Cómo es difícil amar, amar como Cristo amó! Todavía, tropezando, errando, estoy aprendiendo... Aprendiendo a no ver solamente ...mis propios dolores, mis intereses, mi ambición, mi orgullo, cuando estos impiden el bienestar y la felicidad de alguien !


¡¡Cómo es difícil amar, pero estoy aprendiendo!!.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Apreciar la verdadera belleza....


La flor no nace para ser hermosa... Nace para ser flor. Su belleza requiere que quien la mire tenga la capacidad para descubrirla. Pueden pasar a su lado cientos... miles... Algunos ni siquiera se percatarán de su existencia. Otros no encontrarán en ella nada singular que la haga resaltar del paisaje que la contiene. Habrá quienes pensarán solo es una flor más. Aún tal vez aparezcan los que le dedicarán un par de miradas atraídos por sus colores y seguirán su camino.

Pero en algún momento aparecerá quien no la considere una flor más, y tenga todo el tiempo necesario para deleitarse observándola en cada milímetro, descubra nuevas sensaciones al acariciar suavemente sus pétalos, y no siga de largo, sino que decida que es una flor demasiado hermosa para no conservarla.
Así con profundo cuidado y amor, cavará en torno de su raíz y poniendo todo su cariño y atención la llevará a su propio jardín donde a cada momento pueda tenerla cerca para quererla, apreciarla, dejarse cautivar por ella... para amarla. Y no le pedirá que cambie su color, su forma, su aroma. Ella nació flor. Ella nació así.

Así también tu vida puede ser como esa flor.

Tal vez pasen cientos o miles a tu lado sin percatarse de tus valores, de tus sentimientos, de tu propia existencia.

Hasta que alguien con la capacidad interior necesaria te descubrirá en medio del mundo. Posará en ti sus ojos y te hará parte de su mundo sin que para ello debas cambiar o mostrarte en forma distinta.

Alégrate de haber nacido como eres y espera la llegada de ese gran día.

Defectos que sólo tiene el hombre...


Por alguna oculta razón atribuimos a los animales defectos que sólo tenemos los hombres.

No es falsa la serpiente cuando repta zigzagueando en su andar; es falso el hombre que deja la rectitud y anda por caminos sinuosos.

No es sucio el cerdo que se revuelca en el barro; es sucio el hombre que enloda su espíritu con conductas inmorales.

No es cruel la hiena que ataca a su presa para alimentarse; es cruel el hombre que hiere y tortura a sus hermanos.

No es charlatán el loro que repite sonidos huecos; es charlatán el hombre que habla sin tener nada que decir.

No es cobarde la gallina que huye del enemigo por instinto; es cobarde el hombre que no afronta los riesgos de su situación.

No es astuto el zorro que se hace el dormido para atrapar a su presa; es astuto el hombre que simula para engañar.

No es mentiroso el tero que grita lejos de su nido para defender su cría; es mentiroso el hombre que oculta la verdad que debería mostrar.

Tal vez, no se hace malo el hombre cuando se parece a los animales, y se hace malo el animal cuando se asemeja a los hombres...

viernes, 20 de noviembre de 2009

Todos necesitamos Amor...


Todos necesitamos Amor. El amor forma parte de la naturaleza humana, tanto como comer, beber y dormir. Muchas veces nos sentamos ante un bonito atardecer, completamente solos,y pensamos: "Nada de esto tiene importancia, porque no puedo compartir toda esta belleza con nadie".
En estos momentos, vale la pena preguntar: ¿Cuántas veces nos han pedido amor, y nosotros simplemente giramos para otro lado? ¿Cuántas veces hemos tenido miedo de acercarnos a alguien, y decirle, con todas las letras, que estábamos enamorados?.
Cuidado con la soledad. Es tan viciosa como las drogas más peligrosas. Si el atardecer ya no tiene sentido para ti, sé humilde y parte en busca de un amor. Piensa que, así como otros bienes espirituales, cuando más estés dispuesto a dar, más recibirás a cambio.

Llora...



Si tienes que llorar, llora como los niños. Fuiste niño un día, y una de las primeras cosas que aprendiste en la vida fue llorar, porque forma parte de la existencia. Jamás olvides que eres libre, y que mostrar tus emociones no es una vergüenza. Grita, solloza en alto, haz ruido si te da la gana, porque así lloran los niños, y ellos conocen la manera más rápida de sosegar sus corazones. ¿Te has fijado en cómo dejan de llorar los niños? Algo los distrae, algo llama su atención hacia una nueva aventura. Los niños dejan de llorar muy rápido. Eso mismo te pasará a ti, pero sólo si lloras como llora un niño.


El Miedo

Mucha gente tiene miedo de la FELICIDAD. para esas personas, esta palabra significa cambiar una serie de hábitos y perder su propia identidad. Muchas veces nos sentimos indignos de las cosas buenas que nos ocurren. No las aceptamos porque, al hacerlo, tenemos la sensación de que le debemos algo a Dios.

Por miedo a mermar,dejamos de crecer. Por miedo a llorar, dejamos de reir.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Pequeños y grandes milagros...


Los monjes zen, cuando quieren meditar, se sientan ante una roca: "Ahora voy a esperar a que esta roca crezca un poco", piensan.
Dice el maestro:
Todo a nuestro alrededor está cambiando constantemente. Todos los días, el sol ilumina un mundo nuevo. Aquello que llamamos rutina está repleto de nuevas oportunidades. Pero no notamos que cada día es diferente al anterior.
Hoy, en algún lugar, un tesoro te espera. Puede ser una sorpresa pequeña sonrisa, puede ser una gran conquista, no importa. La vida está hecha de pequeños y grandes milagros. Nada es aburrido, porque todo cambia constantemente. El tedio no está en el mundo, sino en la manera en la que vemos el mundo...

domingo, 1 de noviembre de 2009

La taza de té


Un hombre joven fue a visitar a un viejo sabio con el fin de que lo adiestrara. El anciano lo recibió muy amablemente, y lo invitó a tomar una taza de té. Entretanto, el recién llegado no paraba de hablar de manera atropellada sobre sus muchos conocimientos y experiencias.
Al tiempo que lo escuchaba, el sabio le dijo al joven que la abundancia de conocimientos exhibidos por él, era tal que pronto ya no le cabría nada en la cabeza.
El viejo cogió la tetera y empezó a verter té en la taza del invitado, hasta un momento en el que el humeante líquido se derramó. No obstante, siguió sirviendo té.
--¿Qué hace usted, señor? --dijo el joven--. ¿No se da cuenta que la taza rebosa y que el té se está cayendo al suelo?
El anciano sonrió con picardía y dijo: -- Tú, al igual que la taza, ya estás completamente lleno de tus propias opiniones, prejuicios y cereencias. ¿De qué serviría que yo intentara algo si antes no te vacías?

"El sacrificio de abandonar lo conocido (la zona de confort que tanto nos gusta) es el precio que deberíamos pagar para renunciar al statu quo".

sábado, 31 de octubre de 2009

Dios usa...



El guerrero de la luz aprendió que Dios usa la soledad para enseñar la convivencia.
Usa la rabia para mostrar el infinito valor de la paz. Usa el tedio para resaltar la importancia de la aventura y el abandono.
Dios usa el silencio para enseñar sobre la responsabilidad de las palabras. Usa el cansancio para que se pueda comprender el valor del despertar. Usa la enfermedad para resaltar la bendición de la salud.
Dios usa el fuego para enseñar sobre el agua. Usa la tierra para que se pueda comprender el valor del aire. Usa la muerte para mostrar la importancia de la VIDA.

Mi Mejor Amigo



Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y discutieron agriamente. Uno de ellos le dió una bofetada al otro. Éste, ofendido, escribio en la arena: "Hoy mi mejor amigo me dió una bofetada". Continuaron su camino y llegaron a un oasis, donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado se estaba ahogando, y el otro acudió en su rescate. Al recuperarse, tomó un cincel y escribió en una piedra: "Hoy mi mejor amigo me salvó la vida". Intrigado, aquel le preguntó: -- ¿Por qué después de que te lastimé escribiste en la arena, y ahora escribes en piedra? -- Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribirlo en la arena, donde el viento del olvido y del perdón se encargará de borrarlo. Cuando nos pasa algo grandioso, debemos grabarlo en la piedra del corazón, de donde ningún viento podrá hacerlo desaparecer.

viernes, 30 de octubre de 2009

¿Por qué gritan las personas?


Un día, un Rey preguntó a sus siervos lo siguiente:
- ¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?
- Los hombres pensaron unos momentos:
- ... Porque perdemos la calma - dijo uno - por eso gritamos.
- Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? -preguntó El rey-
¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al Rey. Finalmente él explicó:
- Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho.
Para cubrir esa distancia deben gritar, y así lograr escucharse.
Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para
escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego el Rey preguntó:
- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran?
Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente, por qué?
Porque sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.
- El Rey continuó
-Cuando se enamoran más aún, qué sucede?
No hablan, sólo susurran y se vuelven aún más cerca en su amor.
Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es
todo.
Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman.
Luego El Rey dijo:
- "Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan
palabras que los distancien mas, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontraran más el camino de regreso."

El anillo




-Vengo maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no hago nada bien, que soy torpe, nadie me quiere.

¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro le dijo: -Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizá después... -Y haciendo una pausa agregó: -Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y tal vez después pueda ayudar.

-E... encantado maestro -titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.

-Bien -asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba puesto en el dedo pequeño de la mano izquierda y se lo dio al muchacho, agregó: -toma el caballo que está ahí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara, hasta que un viejito se tomó la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

Después de ofrecer su joya a todo el que se cruzaba en su camino, y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó. Entró a la habitación, donde estaba el maestro, y le dijo: -Maestro, lo siento pero no es posible conseguir lo que me pediste. Quizá pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que pueda engañar a nadie respecto al verdadero valor del anillo.

-Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro -Debemos primero saber el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. Quién mejor que él para saberlo. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. No importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

Llegó a la joyería, el joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó, y luego dijo: -Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

-¿Cincuenta y ocho monedas? - exclamó el joven. -Sí -replicó el joyero -Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente...

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido. Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo.

-Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única.

Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto.

¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.